Más vale prevenir que curar…

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Edificio Flatiron, en el parque Union Square donde hay macetas que restringen el acceso de los coches.

Ayer hizo tres semanas que España fue golpeada de nuevo por el terrorismo. En esta ocasión, el escenario fue Barcelona y Cambrils y el resultado son, de momento, 15 muertos y numerosos heridos. Además, siete terroristas fueron abatidos por los Mossos d’Esquadra. No es la primera vez, el 11 de marzo de 2004 una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de Cercanías de Madrid terminó con la vida de 193 personas. Son fechas que todos almacenaremos en nuestra memoria…

Es la Tercera Guerra Mundial. Sin trincheras, pero donde los conceptos como el poder, la ideología y, como no, el dinero, vuelven a ser los protagonistas. En Francia lo tienen muy claro y así lo dejan ver. “Estamos en guerra”, nos dijo una profesora de la Universidad tras los ataques de Paris de noviembre de 2015. La Institución Académica puso psicólogos a disposición de los alumnos y un número de teléfono operativo 24 horas por si necesitábamos ayuda. En los colegios se dieron charlas a los niños para que entendieran lo que había pasado y que no confundieran los términos de musulmán con radical o terrorista. Esto es clave puesto que la mitad de la población en Francia proviene de países árabes y desde el Gobierno se intentó frenar el incremento de acciones islamófobas que se habían comenzado a registrar después del ataque a la revista satírica Charlie Hebdo. Educar al ‘poblacho’ no siempre es fácil…

Aquel día en el que nuestra tutora de la Universidad de Toulouse nos dijo que estábamos en guerra, una compañera de clase rompió a llorar. Ella es Siria, hace años que huyó con su familia de su país porque un grupo yihadista estaba amenazando su ciudad. Su marido es un prestigioso cardiólogo infantil en Toulouse, tienen tres hijos totalmente integrados en la sociedad y ella ese día acudió a clases con bufanda y gorro de lana para que en el metro no la vieran con su habitual hiyab (velo) y la insultaran o agredieran… Duro ¿verdad?

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Policía y macetas en Times Square.

Me estoy poniendo un poco melodramática y ese no era el objetivo de este post. Mi intención es explicar que, en la mayor parte de estos países, después de estos actos terroristas perpetuados por ‘lobos solitarios’, en los que la tónica habitual está siendo atropellar a viandantes (con independencia de su nacionalidad y religión), se han adoptado medidas de protección al respecto. En Francia se hizo en su día. En concreto, la principal plaza de Toulouse –peatonal- fue protegida con grandes bloques de hormigón. Estos días muchas ciudades españolas han ubicado bolardos, grandes maceteros o bloques de cemento en sus principales calles con el objetivo de que ningún vehículo pueda tener acceso a esas zonas.

IMG_4912Estas medidas de protección también están presentes en New York desde hace poco. En su día ya hablé de la gran presencia de la Policía por las calles de la Gran Manzana, pero ahora también hay bloques enormes que protegen las aceras y restringen el acceso de vehículos. Times Square, rincón turístico por excelencia, tiene las suyas; pero también todo Wall Street, la 5º avenida y Madison Avenue. Chocan visualmente porque en estos casos no son nada bonitas, deslucen un poco estos puntos tan visitados. son bloques grandes y blancos con las letras NYPD (New York Police Department), pero se supone que cumplen su fin: proteger al peatón.

En New York son vulnerables, como todas las ciudades del mundo, pero no quieren mostrar ni un pequeño síntoma de flaqueza. Tras su ataque del 11 de septiembre de 2001 no quieren jugársela. Las medidas de seguridad aquí son permanentes, pero se refuerzan cada vez que ocurren ataques terroristas en otros lugares del globo terráqueo.

¿Modificar el espacio urbano es una buena solución para evitar ataques terroristas? Supongo que no es suficiente, y que existen mil maneras de atentar que no se pueden controlar; pero más vale prevenir que curar.

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